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Adultos Mayores en el Trabajo: Hacia una Inclusión Segura y Saludable

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El primero de octubre se conmemora en nuestro país el Día Nacional del Adulto Mayor. Esta fecha nos invita no solo a prestar atención como sociedad a nuestros adultos mayores, sino además a revisar distintos aspectos que afectan a una población que es creciente en Chile. Por ejemplo, en el ámbito laboral, uno de los aspectos, entre otros, que no se puede descuidar es el de la seguridad en el trabajo. Más aún cuando se trata de personas que han superado los sesenta años, la edad para considerar a una persona como adulto mayor, pero que se encuentran vigentes en el mundo laboral.

Como Instituto de Seguridad Laboral (ISL), estamos conscientes que esta es una realidad en el mundo del trabajo en donde el segmento de adultos mayores que está activo no es menor. Según el Observatorio laboral del Centro de Políticas Públicas UC, en 2024 se estima que aproximadamente el 31.8% de los adultos mayores en Chile (personas de 60 años o más) participan en el mercado laboral. Esto representa una fuerza laboral de más de un millón de personas que en su mayoría están presentes en trabajos informales o por cuenta propia. Esta tendencia responde en gran parte a la necesidad de complementar pensiones insuficientes​. De acuerdo a un estudio realizado por Fundación Sol -que ha sido ampliamente citado en el debate previsional- se reafirma que el 80% de las pensiones pagadas por el sistema de AFP son inferiores al salario mínimo y solo un 12,5% supera los $503.000[1].

El envejecimiento de la fuerza laboral en Chile plantea retos significativos. Mientras una parte de los adultos mayores depende de su jubilación, muchos deben seguir trabajando. El informe del Observatorio del Envejecimiento UC-Confuturo (2022)[2] destaca que, en 2019, el 36% de las personas mayores de 60 años se mantenían activas laboralmente, alcanzando un máximo histórico. Sin embargo, esta cifra se redujo a un 30% en 2023, debido al impacto de la pandemia de Covid-19. Este descenso no solo refleja los efectos de la crisis sanitaria, sino también un desafío adicional: la discriminación que enfrentan los adultos mayores en el mercado laboral

La seguridad laboral, un tema central en nuestra discusión, no debe limitarse únicamente al entorno de trabajo, sino también extenderse al hogar, donde los adultos mayores pasan gran parte de su tiempo. Según un estudio de la Pontificia Universidad Católica de Chile[3] sobre caídas en adultos mayores, uno de cada cinco entre los 65 y 69 años ha sufrido al menos una caída en el último año, cifra que aumenta a dos de cada cinco en personas mayores de 80 años. Lo más preocupante es que el 80% de estas caídas ocurre en el hogar y muchas de ellas no son reportadas.

Por otro lado, según datos del Instituto de Seguridad Laboral, el 53% de las denuncias ingresadas por accidentes en adultos mayores están relacionadas con incidentes laborales. Esta situación subraya la importancia de tomar medidas preventivas tanto en el trabajo como en el hogar.

A medida que miramos hacia el futuro, es imperativo que sigamos desarrollando políticas y prácticas que garanticen la seguridad y el bienestar de los adultos mayores en sus lugares de trabajo, sobre todo cuando el Instituto Nacional de Estadísticas ha hecho una proyección en donde para el año 2050 las personas mayores representarán el “31,6% de la población del país”[4]. En donde el fomento de entornos laborales inclusivos y la promoción de una cultura que valore y respete la experiencia y las contribuciones de nuestros mayores.

La formación continua es clave para mantener a nuestros mayores informados sobre cómo prevenir accidentes y mantener un estilo de vida saludable. Como Organismo Administrador de la Ley N°16.744 tenemos la obligación de brindar información respecto a la prevención de accidentes y enfermedades laborales ya que con esta información se fomenta una mayor conciencia y autocuidado.

En resumen, garantizar la seguridad laboral de los adultos mayores es un desafío que exige un enfoque sensible, que no solo atienda la prevención de riesgos en el hogar y el trabajo, sino que también promueva un envejecimiento activo y saludable. En el ISL, nos enorgullece trabajar por la creación de entornos seguros y por brindar las herramientas necesarias para que nuestros adultos mayores puedan continuar aportando su experiencia y talento en condiciones óptimas. Juntos, podemos construir un futuro donde el bienestar y la seguridad sean parte integral de todas las etapas de la vida.


[1] https://fundacionsol.cl/cl_luzit_herramientas/static/adjuntos/6770/PBM2021.pdf

[2] https://seniorlab.uc.cl/wp-content/uploads/2023/08/Reporte-Trabajo-y-Personas-Mayores-a-Tres-Anos-de-la-Pandemia.pdf

[3] https://medicina.uc.cl/publicacion/caidas-adulto-mayor/

[4] https://www.gob.cl/noticias/evolucion-de-los-adultos-mayores-para-el-2050-las-personas-mayores-representaran-el-316-de-la-poblacion-del-pais/

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